El prurito ( los picores ) son uno de los motivos más frecuentes de visita al veterinario, ocurren no tan solo durante las épocas de más calor sino durante todo el año y son muy variadas.
Alergias , infecciones, parásitos, calor, mosquitos, garrapatas, arañas, …
Picaduras de animales, contacto con plantas, ingestión de sustancias o alimentos pueden provocar la imagen que veis en la fotografía
No olvidemos las causas comportamentales, la ansiedad, el nerviosismo, el estrés también lo pueden provocar y no lo olvidéis:
Podemos poner solución
¿ Qué hacemos?
Lo más importante es prevenir, debemos llevar al día los tratamientos antiparasitarios. Tanto internos como externos.
Cuidado con los paseos por la playa y el agua de mar.
La arena puede ser irritante para sus patitas, contacto con medusas, anzuelos que puedan ingerir.
Por la montaña no debemos dejar que se meta por zonas de espesa vegetación o donde paseen muchos animales porque la carga parasitaria ambiental será muy elevada.
Al llegar a casa después del paseo comprobar su pelo, las patas, los ojos, las orejas ya que serán zonas donde se puedan enganchar restos de plantas, insectos, espigas, objetos que se puedan clavar, etc …
Protegerlo de autolesiones. Calma al animal que no para de rascarse o lamerse y, aunque no sepamos la causa, siempre debemos impedir que se siga rascando. De diversos modos:
- mediante un collarín protector,
- cubrir una pata con un calcetín para que no se haga daño si se rasca,
- cubrirle con una camiseta para que no se llegue al cuerpo,
Debemos agudizar el ingenio en estos primeros momentos y, por supuesto, en seguida llevarlo a la clínica veterinaria para averiguar la causa y poner remedio.
Si dejamos que pasen los días sin hacer nada, nuestro animal estará molesto y cada vez será mas difícil solucionarlo.
La procesionaria del pino es una oruga que al contacto con los pelos que deja produce una reacción urticante dolorosa y muy molesta, llegando a provocar reacciones graves. Si nos sucede:
- usaremos guantes porque corremos el riesgo de que afecte a nuestras manos.
- nunca frotar porque rompemos los pelos y dejan salir la toxina
- lavar, a ser posible, con agua templada abundante con unas gotas de vinagre
- podemos intentar sacar los pelos urticantes con cinta adhesiva.
- si el dolor es intenso, podemos utilizar un anestésico local (xylocaina spray)